Recuerda... No todo es color de rosa

  El hecho de morir nunca me importo mas de lo que me importa ahora… pero el hecho de saber que no soy solo yo la que va a morir… eso es lo que me pone mal.
  Las historias sobre la gente que es siempre feliz, son las que mas se venden, pero entonces ¿Dónde queda la otra cara de la vida? Porque todos sabemos que no todo es color de rosa, y que no todo es alegría.
  Y así es como empezó toda mi vida. Y como también va a terminar.
  Toda mi vida había vivido con mis padres, y ellos siempre me habían amado demasiado, a veces más de lo debido, pero nunca había tenido problemas con eso. Pero al graduarme e irme a la universidad junto a Lucas, mi novio; mi mundo callo por los suelos una fría noche de otoño, cuando entro una llamada a mi celular de un numero desconocido, a la que atendí.
Hasta el día de hoy me arrepiento de haberlo hecho.
Era la primera vez que la policía me llamaba, pero fue también la última vez que alguien me nombro a mis padres. Me llamaban para decirme que había habido un accidente automovilístico en la ruta, y que se habían encontrado dos victimas fatales, una pareja.
Aun ahora, no puedo recordar bien lo que sucedió esa noche, solo que en el momento en el que reaccione, me encontraba sola en la calle, afuera del departamento de Lucas.
Él me consoló y se quedo conmigo hasta que logre calmarme. Creo que ha sido el mayor cimiento de mi vida entera desde entonces y me aterraba la simple idea de perderlo, porque si él se iba, mi mundo entero se derrumbaría.
Y así llego el día de nuestra boda, y todos fuimos felices,  pero  creo que en algún momento el amor y la felicidad se perdieron en el camino.
Ya han pasado casi 10 años desde nuestra boda, y más de 19 años desde que estamos juntos, pero nunca creí que pudiera sucederme algo así a mí.
Mi Lucas había salido como todas las mañanas a su trabajo sabiendo que hoy volvería tarde, y yo me había quedado sola en nuestra casa, ya que en el día de hoy no tenía trabajo. Pero alrededor de las 21 el teléfono comenzó a sonar, por lo que baje corriendo a atender.
Vaya sorpresa me esperaba, ya que la voz del teléfono me dio el peor mensaje que podría llegar a imaginar.
“¿Tu que piensas, Melissa, que hace tu flamante marido en estos momentos? ¿Realmente sigues creyendo que él es tan inocente como parece? Porque si crees eso, ven hoy a las 22 a ese restaurant italiano al que solía llevarte y lo veras por ti misma” y colgó.
¿Que se supone que debería hacer? ¿Escucharlo acaso? Decidí que iría, pero para ver lo que en realidad estaba sucediendo, pero vaya sorpresa que me lleve al llegar.
Ahí estaba, el hombre que había amado toda mi vida, con otra mujer. Pude ver lo feliz que estaba; reconocer en su mirada el amor que alguna vez había estado dirigido a mí. Y también puede escuchar a mi corazón romperse.
Volví a casa; el único lugar en el que podría estar tranquila, aunque también era el lugar en el que mas recuerdos había. El lugar donde habíamos compartido sueños; donde habíamos logrado metas. Pero ahora, era el símbolo de que nuestro amor se había terminado. No se en donde se habrá perdido, pero sé que fue desde hace mucho tiempo, quizá incluso en el momento en que nos casamos.
Ahora ya no importa, nada importa.
Solo se me ocurre ir al baño  y tomar un buen baño caliente, pero cuando lleno la tina, abro el mueble donde se encuentran todas nuestras cosas y no solo saco un frasco de somníferos, sino también una de las navajas que usa Lucas para afeitarse; pero deje todo junto a la tina, porque me falta una ultima cosa antes de dejarlo todo.
Tome una hoja que mi cuaderno que usaba para escribir en mis tiempos libres, y una pluma, y deje salir todo lo que había sentido desde que me habían llamado hasta que había regresado del restaurant.
Al terminar deje todo sobre la cómoda, junto con mi anillo de bodas y la cadena que me había regalado cuando nos conocimos, me dirigí al baño, despidiéndome de mi pasado y de mi posible futuro; pero aun así feliz, feliz de que volvería a reunirme en paz junto a mis padres.
Ya no recuerdo cuantas pastillas tome, pero el frasco esta vacío en el suelo. Mi mano tomo la navaja y con un movimiento fluido, una larga línea que se tornó roja, traspasó el lugar en donde se encontraban las  venas de mis muñecas.
El liquido vital que me mantenía con vida fue saliendo rápidamente de mi cuerpo, dejándolo vacío; mezclándose con el agua de la tina.
Con un ultimo aliento me despedí de mi vida, de mi futuro, y del amor de mi vida.

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